22 de agosto de 2008

Línea editorial COPE



Tendrá que pasar algún tiempo antes de que se conozcan las causas de la tragedia aérea ocurrida en Madrid y que ha sumido en el luto a centenares de familias. De momento, sin embargo, hay que retener dos datos de especial importancia. El primero, que el avión siniestrado había sufrido un primer fallo técnico que demoró en más de una hora el inicio del vuelo, y el segundo que la compañía propietaria atraviesa una difícil situación laboral y financiera que amenaza con el despido de centenares de trabajadores.

La investigación en marcha tendrá que aclarar, por ello, la influencia que ambos factores ha podido tener en la horrible tragedia y, sobre todo, si hubo alguna negligencia en la revisión del avión siniestrado. Pero, por encima de lo que averigüe la comisión de investigación ya en marcha, lo que hoy importa destacar es la ejemplar respuesta solidaria de los todos servicios de emergencia madrileños, activados apenas conocido el accidente.

Del mismo modo sobresale la prontitud con que el arzobispado de Madrid movilizó a todos sus servicios para ofrecer cercanía y apoyo espiritual a cuantos se han visto afectados por la tragedia. A media tarde, la propia Conferencia Episcopal expresaba el dolor de los obispos, que invitaban a los fieles católicos a unirse en sus oraciones por el eterno descanso de los fallecidos y el restablecimiento de los heridos.

Por su parte, el Gobierno central, así como el de Canarias, al margen de la escasa y confusa información inicial ofrecida sobre el accidente, tuvieron al menos el gesto de suspender las vacaciones, cosa que también hizo el líder de la oposición, al tiempo que la Comunidad de Madrid y la de Canarias decretaban tres días de luto oficial. Todo un movimiento solidario en el que destaca tanto la abnegada entrega de los miembros del dispositivo de emergencia del ayuntamiento madrileño, como la labor informativa de todos los medios que, una vez más, han cumplido con creces con su deber de servicio a la sociedad en momentos difíciles.

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